Mouris Salloum George*
Por un elemental compromiso de servicio al lector de a pie, en determinados temas de interés público nos resistimos a sostener la información con base en números relativos, a los que son afectos los tecnócratas para barnizar sus logros, encimando porcentajes sobre porcentajes que, a fin de cuentas, nos dejan con los ojos cuadrados.
En los procesos de formación de poderes públicos, en que los agentes activos son de carne y hueso, preferible es acudir a los números absolutos.
Para eso están los Programas de Resultados Electorales Preliminares (PREPs), cuyas pantallas expresan sus gráficas precisamente en números absolutos. Los por ciento, que aparecen también en las pantallas, sirven para festinar victorias o plantear impugnaciones; a veces sirven de base a investigaciones comparativas en la materia.
Siete millones 400 mil en el listado; votaron 2 millones 100 mil
Pongámoslo de este tamaño: En Puebla se realizaron el pasado domingo elecciones extraordinarias para gobernador sustituto a causa de la muerte de la jefa del Ejecutivo en diciembre pasado. En Baja California, elecciones ordinarias de gobernador.
Los resultados en Puebla se ajustarán en las juntas de cómputo en esta semana, pero no tendrán variantes sustanciales. El dato de referencia, es que el listado nominal de electores registró cinco millones 589 mil ciudadanos con derecho a votar a salvo.
Los tres candidatos poblanos principales, incluyendo al declarado triunfador, sumaron en conjunto un millón 470 mil votos. Si esta cifra se resta a la suma del listado nominal, la ecuación nos indica que 3 millones 119 mil ciudadanos convocados a las urnas no atendieron la convocatoria.
En Baja California, el listado aprobado por el Registro Federal de Electores reportó 2 millones 811 mil personas con credencial de elector. Los cuatro candidatos principales sumaron 606 mil sufragios. Quiere decir que se abstuvieron un millón 105 mil.
Resultado: Hubo en números redondos 7 millones 400 mil potenciales votantes. Ejercieron el voto por gobernador 2 millones 76 mil. ¿Qué hizo el resto: 5 millones 434 mil? De la respuesta podemos colegir el alcance del abstencionismo. Ahora sí: La participación electoral sería apenas de 33 por ciento en ambos estados.
Lo que se quedó a deber fue legitimidad
Con independencia de la legalidad de las victorias, lo que se observa es un déficit de legitimidad.
Se trató de dos estados de la República que están en el top ten por su aportación al Producto Interno Bruto nacional, con una participación del 6.7 por ciento.
Si en economías razonablemente estables y poblaciones con más de ocho grados de escolaridad, el desdén por la elección de gobernador es tan evidente, ¿qué se puede decir de la democracia a la mexicana?
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.